Reseña: Vino, cena y Enamórame.

11/13/20 3:37 PM

        Comenzamos a ver “Vino, Cena y Enamórame” el día de su estreno, y al estar en youtube, pues nos deleitamos con un par de episodios. Y así seguimos hasta terminar la primera temporada en poco menos de una semana… E iniciamos la segunda.

        Desgraciadamente la serie tiene más puntos malos que buenos, está basada en un manga, le pregunté a un amigo a ver si lo conocía, pero me dijo que NPI. Es lo que pasa cuando salen cuchucientasmil historias publicadas, nadie tiene tiempo para leerlas todas.

        Como siempre creo que es mejor comenzar con lo bueno… Esto era la aparición de la actriz Ando Tamae, que ya la conocíamos de Shin'ya Shokudō en el que tiene un papel es más relevante. En esta serie se limitaba a dos o tres líneas de las cuales una siempre se salía por la tangente.

        La otra cosa buena es la comida, los platos que te muestran y las breves explicaciones de qué es lo que están probando los comensales, en la segunda temporada mejoran los encuadres y los acercamientos logran que se te haga agua la boca. 

        Es más un programa de promoción de lugares para comer que otra cosa, y aquí viene lo malo, no es una serie para ver más de un capítulo por semana, a pesar de que eso suene extraño en esta época en que te puedes bajar una temporada completa en una sentada larga. Pues no, este no funciona así ni de lejos.

        Y no somos nosotros, la estadística de youtube dice lo mismo, con la cantidad de visualizaciones por episodio, en nuestro caso el subtitulado se aprecia que a medida que avanzan los capítulos, los visionados disminuyen:

Episodio 1: 18,999

Episodio 2: 2,835

Episodio 3: 2,010

Episodio 4: 1,794

Episodio 5: 1,286

Episodio 6: 1,243

Episodio 7: 1,220

Episodio 8: 1,136

        Son episodios auto concluyentes, pero después de ver tres o cuatro capítulos, ya sabías cómo iban a ser el resto, vamos que lo único que cambia es la comida, el guion es tan simplista que se los puedo repetir sin siquiera tener que hacer mucho esfuerzo y eso no es que sea malo, es que no se puede dar el lujo de que se vean muchos capítulos continuos.

        Las series actuales tratan de no ser episódicas y en caso de serlo, a pesar de la monotonía del guión, siempre hay un hilo conductor o sub trama intrínseca que lleva a un desenlace final que se ha estado construyendo a lo largo de los episodios. En esta no hay tal cosa.

—COMIENZA DESTRIPE— Ando llama a la protagonista que revisa su cita en la compu, ando le dice que no puede acostarse con él citado y suelta una parrafada, la protagonista va al armario y mira qué ropa se pondrá… Y nunca se pone lo que vemos en pantalla.

        Va al restaurante, se emociona con la comida y recuerda una o dos veces que tiene que trabajar, tiene dos “sueños” con su compañero de mesa y lanza un “oishiiiiiiiiii” con algún plato. Terminan de comer, salen, el parejo se va, ella le llama y le confiesa su amor con una frase previa de mientras comían, el parejo se extraña y le dice que nananina de alguna forma que la deja perpleja. Ella va a su casa, escribe el artículo, da la “frase romántica para levantar” y se acabó… —TERMINA DESTRIPE—

        Luego viene el siguiente capítulo y nos quedamos esperando que Bill Murray o la marmota nos pidiesen hacer palomitas de maíz para picar mientras disfrutamos un nuevo episodio. Otra cosa triste es que —salvo uno o dos restaurantes— la comida servida y el lugar no se veían nada baratos, pensaba que podríamos estar hablando de una cenita de más de 400 dólares por lo bajo, así que ni aunque estuviese en Japón, podría darme ese lujo. Vamos, que por lo menos en La cantina de media noche hacen platos que puedo preparar en casa. Dicho esto, mi recomendación es que solo por la comida vale la pena verla, pero como dije anteriormente, un capítulo por semana.