Reseña: Atlas at war!

7/9/20 9:30 AM

        Cuando pensamos en cómics de guerra vienen a nuestra mente autores como Tardi, Vansant y Mitsuki entre otros. Sin embargo los cómics de guerra fueron una gran atracción en el Estados Unidos de la Segunda Guerra Mundial compañías y hasta un buen tiempo después de terminados los conflictos.

        Para entretener al público norteamericano cualquier historia era buena, Segunda Guerra Mundial, la guerra del pacífico, de Corea o Vietnam. Cualquier cosa que sirviese retratar el valor de los soldados americanos y el sacrificio que hacían por su país… Estas se vendían como pan caliente y evidentemente, las representaciones del enemigo estaban cargadas de racismo, maldad, perversión e ignorancia supina por parte de los creadores. En las guerras no hay buenos ni malos, solo perdedores.

        Entre las que se dedicaron a estos menesteres se encontraban Fiction House, Centaur, Harvey, Timely comics y por supuesto Atlas. El tocho que reseñamos hoy es un compendio de cincuenta historias que van de 1951 a 1960 de diversas publicaciones de títulos de Atlas.

        En cuanto a lectura se vuelve un poco cansón después de haber pasado los seis o siete primeros cómics de batalla, esto es bueno porque se demora mucho más en terminarlo, la ventaja es que al ser historias auto concluyentes, puedes dejarlo y comenzar nuevamente. Yo, que no acostumbro a leer varias cosas a la vez, he terminado cuatro libros más, mientras estaba con el tochito guerrero.

        El apartado gráfico varía bastante, ya que son diferentes dibujantes, coloristas y entintadores, pero la curaduría es bastante buena, incluso me encontré con una historia que jamas habría esperado, la de la revolución cubana liderada por Fidel Castro.

        La parte mala, pues el racismo que se aprecia en los dibujos y colorización de los enemigos. Una viñeta que muestre un Coreano, Vietnamita, Chino y Japonés, tiene en común el color amarillo para denotar al personaje. Claro, ra una guerra y había que demonizar y deshumanizar al enemigo. Ya me gustaría haberle visto la cara al dibujante de Fidel cuando este les dio la espalda, debió ser un poema.

        No puedo decir que haya disfrutado el libro pero tampoco es para odiarlo, tendrá sus seguidores. Probablemente veteranos de alguna de esas guerras, algunos de sus hijos o nietos (no hay que generalizar), que saben del sacrificio que hicieron sus familiares por por la democracia en todo el mundo, para que pueblos atrasados e incivilizados pudiesen saborear el aire de libertad servida en bandeja de plata por los gloriosos soldados… Ahora si me disculpan, voy a vomitar.