Al terminar de leerlo, la sensación que queda es de indignación, el supuesto país que defiende la “democracia y libertad” en todo el mundo —cuento que nunca me creí— demostrando una vez más que se mueve por el bienestar propio y cuando digo propio, me refiero al de algunos pocos, como lo demuestran la mayoría de sus acciones, que dejan de lado a la gran mayoría de los ciudadanos.

       En Guantanamo se torturaron y encarcelaron inocentes, se creó un nuevo estatus para tenerlos prisioneros por el resto de sus vidas de ser necesario y se creó un título que los descalificaba de todas las leyes previas, de forma que ninguna les aplicase.

       Este libro es una denuncia gráfica de esos hechos y de los prisioneros que siguen encerrados sin haber probado nada en su contra, sin derecho a un juicio porque no son prisioneros de guerra, son los olvidados de los derechos humanos, violados de todas las formas conocidas y desconocidas por los “campeones de la libertad”.

       Siendo diferentes autores, hay estilos gráficos que me gustan más que otros, sin embargo, no podemos perdernos el bosque por ver un árbol. Este libro explica de forma sencilla los horrores vividos en Guantanamo y esa sencillez lo hace util, porque las historias que cuenta pueden abarcar un publico mucho mayor. Evidentemente, tendrá sus detractores, personas que justifique lo que se hizo, así como uno de los relatos que se pueden leer. Algunos cambiarán de idea, otros no. Pero lo importante es que sale a la luz de una forma que puede llegar a un público mucho mayor que un libro, artículo o entrevista en un periódico.

       Son once historias diferentes con variados estilos y cada una es un testimonio personal desgarrador, y como la vida misma, no siempre hay finales felices. Algo que me ha parecido excelente es que el libro cuenta con una sección de fuentes, lo que hacen que la información presentada se pueda contrastar, que es un mérito, en especial en un libro de denuncia como lo es este.

       Es otro que a pesar de haber leído en formato digital —y con poco detalle al ser una copia de evaluación— buscaré en papel, porque son historias que no se pueden olvidar, en especial cuando el desenlace aún no llega. Al día de hoy sigue habiendo prisioneros en Guantanamo, que probablemente permanezcan ahí el resto de sus vidas.