Quiero agradecer a Dark Horse Books por permitirme reseñar esta historia.

        Cuando pedí reseñar esta Barnstormers, a ballad of love and murder no me imaginé de qué iba, solo vi un robot en las imágenes y dije «Esto es lo mío»… Equivocación.

        Si bien, no era una historia de Ciencia ficción como esperaba, el hilo conductor «una historia de amor» está muy bien llevado, además, el clisé de los enamorados perseguidos se plantea de una forma bastante imaginativa lo que ayuda mucho a comprender algo que no sabía que existía, los «Barnstormers» y que después de terminar la Novela Gráfica me puse a la tarea de buscar información sobre el tema. y comprender que esta era «Ficción histórica».

        De las ilustraciones ni hablar, tanto el trazo como el color son excelentes y la presentación trata de ser lo más realista posible, en un principio pensé que eran fotografías trabajadas digitalmente, pero el libro al final tiene un anexo de imágenes en borrador, donde se aprecia el trazo de las mismas sin color, ahí me maravillé más.

        La colorización me encantó en especial las tonalidades de los cielos, el uso de pinceladas y una aerografía digital entre los colore que es envidiable, que además logran que cada viñeta cobre vida, una obra de arte en toda regla.

        La ambientación es de finales de los años 20, tal vez principios de los 30 y está clavada, pero si hay algo de lo que no puedo hablar tan bien es el final, mientras leía me lo imaginaba y cruzaba los dedos para equivocarme, pero el clisé puede más y a pesar de que no me gustó, es el final que mucha gente esperaría y se sentiría aliviada de leerlo. También hubo una página que no tenía texto, por suerte, con tan pocos bocadillos en blanco no creo haberme perdido mucho.

        El robot, bueno, si quieren saber sobre cuál es su papel en esta NG tendrán que comprarla. Por mi parte, a pesar del final, sería una obra que solo por la calidad de la ilustración no me molestaría tener en mi librero, tanto si tengo que pagar por ella o no, el poder regodearse en esas viñetas hacen que valga la pena.