Quiero agradecer a Vault Comics por permitirme reseñar esta serie de cómics, The Nasty.

        En un principio no sabes bien de qué va, ¿terror?, ¿amor?, ¿superación?, ¿o lucha social?. En The Nasty encontramos todas ellas muy bien hiladas. El personaje principal tiene un amigo imaginario, que poco a poco no resulta ser tan imaginario como lo esperábamos e interactúa con él y sus amigos. Esta interacción es un poco terrorífica, y es en esa primera interacción que se nos revela lo bueno del guion, se puede interactuar con el mismo, sin embargo las acciones que ocurren quedan en el reino de la imaginación, lo que es bueno al saber que el «amigo imaginario» es un personaje de películas de asesinatos, un Freddy Krueger, Jason Voorhees o Michael Myers cualquiera.

        La historia se mueve en tantas líneas que en un principio da la sensación que dejará alguna sin resolver, pero increíblemente soluciona todas de forma creíble y amigable. De buenas a primeras contamos ocho nudos que se resolvieron y estoy seguro que en una segunda leída podría encontrar más. Lo importante es que esta es una obra muy buena narrativamente hablando y que da para unas cuantas horas de entretenimiento.

        El aspecto gráfico está bien, la ilustración funciona, aunque en lo personal el estilo no me ha gustado mucho, pero es lo que hay y por lo menos el mismo no te aleja de la lectura. La paleta de color utilizada sin embargo me gustó, en especial cuando una página está dominada por un color casi al 90% con la intención de causar alguna sensación específica en el lector.

        Los «efectos especiales», que con el advenimiento de la revolución digital ahora son parte integral de muchos cómics, a pesar de ser pocos en The Nasty, trabajan muy bien. El mejor utilizado es el entrelazado de video, los personajes están grabando uno y cuando vemos las secuencias a las viñetas de la «película» se les aplica el mismo, por lo que hace que sea sencillo reconocer la fantasía y la realidad, a pesar de que la historia se mueve entre estos dos reinos.

        The Nasty es de esos cómics maravillosos que no quieres soltar, en mi caso solo dejé de leerlo para tomar agua e ir al baño, fueron casi dos horas continuas, lo que actualmente sucede pocas veces.