Quiero agradecer a Oni Press por permitirme leer Cult of the lamb, una novela gráfica cómo pocas.

    Cuando vi la primera imagen de Cult of the lamb la dicotomía entre las imágenes bonitas y tiernas, pero a la vez maquiavélicas y sangrientas me llamaron la atención. La narrativa y el guión son excelentes la historia funciona a la perfección y si bien los personajes se ven tiernos no descuadran en lo absoluto y eso señores nos habla maravillas del guión. Si lo hubiese ilustrado el maestro Breccia sería un cómic terrorífico que no le enseñaría a mis peques hasta los 18 años, con las ilustraciones y colores de Little y Filardi, no hay problema con que lo lea ni la de 5. El guion hasta el momento está entre los 10 mejores que he leído este año.

        El grafismo o las ilustraciones le recordarán —o no— a los “Happy tree friends”. Y con eso podría terminar, pero dejaría en ascuas a los que no saben de qué hablo. Los personajes de Cult of the lamb son animalitos bonitos y tiernos haciendo cosas dignas de Jason Voorhees o Freddy Krueguer con mucho ejemplo de películas gore de la década de los setenta.

        Visto lo visto Cult of the lamb es un muy buen ejemplo de lo que un buen Guión es y cómo su utilización no encajona a personajes estereotípicos, sino que puede hacer crecer a cualquiera. Las ilustraciones son de “cuadro de honor” si bien parecen estar hechas para puequeñines por sus formas y colores, contrastan aún más con la narrativa, porque definitivamente no es algo que esperamos ver. Está NG está predestinada para un Eisner o un Harvey, guarden la referencia y hablamos en el futuro.

        Cult of the lamb es un cómic al que no se le puede perder la pista, es una historia que hay que saber cómo acaba e incluso es uno que no me molestaría para nada tener en el poco espacio que me queda en el librero.