Quiero agradecer a Magma Comix por permitirme leer The Pedestrian, un fume interesante en toda regla.

        La portada de The Pedestrian me intrigó, el personaje principal que la ocupa me llamó la atención por lo cutre-extraño-simplista del mismo, uniforme blanco, “super-logo” blanco y lentes de piloto verdes.

        El guion está excelente, introducción del héroe que salva a alguien y quedamos pensando de dónde salió y qué quiere. Introducción al malvado y a los acólitos que comienza a crear, pelea entre el bueno y el malo donde por supuesto el bueno es herido y llegan sus acólitos que hasta ahora desconocíamos al rescate, captación de nuevos ayudantes, pelea final donde parece que el bien ha triunfado y epílogo donde nos damos cuentas que esto apenas comienza… Eso sí, todo con una cubierta de LSD que te hace preguntarte qué más puede pasar.

        Y todo esto es lo que hace que este cómic sea una maravilla, porque te saca del lugar común de los cómic de superhéroes y te lleva a un ridículo sublime, digerible y entretenido. Hay una viñeta a página completa que me hizo pensar en el Maestro Memo Meza, por lo inverosímil de la misma, y aún así excelente representación de los nuevos dioses o los jefes divinos de nuestro héroe.

        En The Pedestrian el apartado gráfico funciona, los personajes son realistas lo mismo que los entornos y vehículos, en ocaciones la perspectiva parece fallar en especial en ciertas posiciones del cuerpo humano, pero son pequeñeces que no afectan la lectura ni nos sacan del hilo del la historia, vamos que con lo que nos cuentas es difícil que una posición extraña nos haga salir de este viaje lisérgico. Y lo mejor de todo es que a pesar de se un superhéroe serio-no serio, la historia nos captura que logra engancharnos y querer saber más.

        The Pedestrian es un cómic que nos da una bofetada sin asco y nos hace poner la otra mejilla, definitivamente que de haber continuación tengan por seguro que la pediremos y reseñaremos, para el placer de todos.